Hay una población flotante que permanece entre el lugar y el poblado. 
24 horas después de producirse la erupción del volcán Galeras y pasadas 3 horas del cambio de nivel I a II, en el albergue El Vergel ayer reinaba la tranquilidad en medio de los fuertes vientos y el intenso frío que están causando estragos en la salud de los niños.
A solo tres kilómetros del corregimiento de Genoy, este lugar destinado a garantizar la subsistencia y seguridad de los habitantes que habitan en una zona de alto riesgo, se caracterizaba por conservar una aparente calma, hasta cuando los niños y niñas se comenzaron a enfermar.
DIARIO DEL SUR recogió el testimonio de varias madres que entre molestas y preocupadas confesaron que sus hijos constantemente sufren dolencias físicas.
También los moradores comentaron qué observaron y qué sintieron cuando se produjo la explosión provocada por el Galeras el pasado miércoles.
Gran nube
Isabel Pianda Criollo: “Cuando se registró la erupción del volcán Galeras pude ver una gran nube y la gente se asustó, yo me puse a llorar y mi hijo me dijo váyase corriendo para abajo. Entonces me vine al albergue en donde me dieron un módulo. Mis familiares me vienen a acompañar por las noches. Anoche me quedé esperando una colchoneta que me prometieron, a mí todavía no me han dado nada. Con el volcán no va a pasar nada, mi papá sabía contarme que cuando era niño reventaba y echaba candela pero no pasaba más de allí”.
Mucho frío
Nancy Botina: “Yo cumplí un mes y medio en el albergue El Vergel, estoy con mi esposo y dos niños. Aquí nos han tratado bien, ya tengo el módulo, solo ayer estaban entregando unas colchonetas pero a unas familias les entregaban más que a otras; por ejemplo, a una familia de cinco miembros les daban cinco colchonetas, pero nosotros somos cuatro y solo nos entregaron dos. Con esto no estoy de acuerdo. Lo que me preocupa es que los niños se están enfermando mucho por el intenso frío y la atención aquí de los médicos no es la mejor”.
Muy tranquilos
Tránsito Jojoa: “Yo pasó el día aquí pero en la noche me regreso a la casa porque no hay quien se quede y los ladrones pueden hacer de las suyas. Yo vengo al albergue sola, hasta el momento me han tratado bien, no me puedo quejar. La erupción del miércoles fue común y corriente, como siempre sabe ser, echa su rugido pero nosotros seguimos tranquilos”.
Fuertes vientos
Socorro Pinta: “Cuando se produjo la erupción estaba en mi casa en Genoy, sentí un bramido y salí a ver el Galeras y comprobé que había estallado. Esta mañana me vine al albergue pero para que atendieran a mi hijo en el puesto de salud; lo que nos molesta mucho en este albergue es el frío por lo cual los niños se enferman bastante, y ahora los vientos que no dejan dormir, azotan muy duro y en las noches la gente se alarma porque las tejas se podrían caer”.
 
 
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