Un nuevo comunicador es usualmente alguien que le debe por lo menos el 50% de sus cualificaciones a un amplio rango de experiencias que poco tienen que ver con su formación académica. Lo que en realidad distingue al “nuevo comunicador” es una mezcla de experiencia en desarrollo, una especial sensibilidad para trabajar con las comunidades, y el conocimiento de las herramientas y tecnologías de la comunicación. El nuevo comunicador tiene que encontrar un equilibrio entre una forma muy práctica de enfrentar la realidad social, y la capacidad de elaborar y conceptualizar estrategias.
La formación académica es en cierta medida irrelevante, dado el hecho de que no hay instituciones que den un entrenamiento especifico de este tipo. Educadores, antropólogos, agrónomos a menudo se convierten en buenos comunicadores, cuando a la experiencia en desarrollo y participación comunitaria que han adquirido en el campo, le añaden el conocimiento sobre el proceso de comunicación y las destrezas para manejar tecnologías de información. Periodistas tienen ese conocimiento, aunque limitado a los medios, pero también ellos pueden convertirse en buenos comunicadores –enriquecídos por una visión holística de la comunicación- si adquieren experiencia en desarrollo y trabajo con las comunidades. Esto no quiere decir que solamente comunicación interpersonal es necesaria en el contexto del cambio social. Una aproximación basada en la comunidad es a menudo el resultado de una total falta de acceso a los canales de información. Puede ser la única estrategia posible dado el extremo proceso de marginalización en que se encuentran muchas comunidades. No obstante, las nuevas tecnologías han abierto recientemente posibilidades enormes en términos de intercambios culturales horizontales, que tanto individuos como comunidades pueden establecer alrededor del globo. El significado de comunidad puede ser ampliado a grupos que tienen intereses comunes, aunque pertenezcan a culturas diferentes. Gradualmente se le ha permitido el acceso a grupos e individuos (o ellos se lo han tomado por asalto) que anteriormente estaban marginados.
El uso de medios electrónicos para el cambio social ha sufrido ya una impresionante evolución. Desde los anos 50, asociaciones, uniones, grupos comunitarios o ONGs han enfrentado las redes dominantes de radio y televisión con pequeñas estaciones que cubren comunidades específicas. Mientras trusts cada vez más grandes están concentrando el control sobre los medios masivos de comunicación en el mundo, redes alternativas de información y comunicación están floreciendo, a menudo con el apoyo del uso de Internet.
Los retos a la comunicación están evolucionando constantemente, en la medida en que aparecen nuevas posibilidades pero también nuevas necesidades. El nuevo comunicador tiene la capacidad de navegar de un medio a otro, de escoger entre las muchas herramientas de comunicación y adaptar las estrategias a una situación particular. Su experiencia abarca desde ayudar a fortalecer organizaciones sindicales hasta cubrir temas sociales para estaciones de medios, diseñar estrategias de participación para proyectos de desarrollo a nivel comunitario, facilitar la formación de redes entre las organizaciones no-gubernamentales y/o producir materiales de educación. Esta flexibilidad en el uso de estrategias de comunicación en varios contextos culturales da una capacitación sin igual.
Las siguientes podrían ser las principales premisas del nuevo comunicador:
1. El nuevo comunicador debe comprender que la tecnología es una herramienta y nada más que una herramienta. La tecnología puede apoyar el proceso de comunicación, pero este no puede depender totalmente de ella. También, es importante comprender que la tecnología no sólo implica computadores, satélites e Internet. Un lápiz es un maravilloso producto de la tecnología y técnicas de comunicación que han demostrado su eficacia van desde el teatro popular hasta los murales comunitarios.
2. El nuevo comunicador debe entender profundamente que la comunicación para el cambio social trabaja esencialmente con culturas y que se necesita una sensibilidad muy especial para apoyar el proceso de cambio social en el mundo en desarrollo, que no tiene nada más a que aferrarse que a su identidad cultural. Desarrollo y cambio social deben ser posibles dentro de un proceso de intercambios culturales horizontales y respetuosos.
3. El nuevo comunicador debe estar familiarizado con el siguiente concepto: en comunicación para el cambio social el proceso es más importante que el producto. En periodismo, los artículos, los documentales de video o los programas de radio son resultados valiosos para un profesional experimentado. Pero en cambio social y desarrollo, el proceso de comunicación con la gente y dentro de las comunidades es más importante que las ayudas impresas o audio-visuales que puedan surgir de esa dinámica. Es en el proceso de comunicación y participación que se inicia el cambio social.
La formación académica es en cierta medida irrelevante, dado el hecho de que no hay instituciones que den un entrenamiento especifico de este tipo. Educadores, antropólogos, agrónomos a menudo se convierten en buenos comunicadores, cuando a la experiencia en desarrollo y participación comunitaria que han adquirido en el campo, le añaden el conocimiento sobre el proceso de comunicación y las destrezas para manejar tecnologías de información. Periodistas tienen ese conocimiento, aunque limitado a los medios, pero también ellos pueden convertirse en buenos comunicadores –enriquecídos por una visión holística de la comunicación- si adquieren experiencia en desarrollo y trabajo con las comunidades. Esto no quiere decir que solamente comunicación interpersonal es necesaria en el contexto del cambio social. Una aproximación basada en la comunidad es a menudo el resultado de una total falta de acceso a los canales de información. Puede ser la única estrategia posible dado el extremo proceso de marginalización en que se encuentran muchas comunidades. No obstante, las nuevas tecnologías han abierto recientemente posibilidades enormes en términos de intercambios culturales horizontales, que tanto individuos como comunidades pueden establecer alrededor del globo. El significado de comunidad puede ser ampliado a grupos que tienen intereses comunes, aunque pertenezcan a culturas diferentes. Gradualmente se le ha permitido el acceso a grupos e individuos (o ellos se lo han tomado por asalto) que anteriormente estaban marginados.
El uso de medios electrónicos para el cambio social ha sufrido ya una impresionante evolución. Desde los anos 50, asociaciones, uniones, grupos comunitarios o ONGs han enfrentado las redes dominantes de radio y televisión con pequeñas estaciones que cubren comunidades específicas. Mientras trusts cada vez más grandes están concentrando el control sobre los medios masivos de comunicación en el mundo, redes alternativas de información y comunicación están floreciendo, a menudo con el apoyo del uso de Internet.
Los retos a la comunicación están evolucionando constantemente, en la medida en que aparecen nuevas posibilidades pero también nuevas necesidades. El nuevo comunicador tiene la capacidad de navegar de un medio a otro, de escoger entre las muchas herramientas de comunicación y adaptar las estrategias a una situación particular. Su experiencia abarca desde ayudar a fortalecer organizaciones sindicales hasta cubrir temas sociales para estaciones de medios, diseñar estrategias de participación para proyectos de desarrollo a nivel comunitario, facilitar la formación de redes entre las organizaciones no-gubernamentales y/o producir materiales de educación. Esta flexibilidad en el uso de estrategias de comunicación en varios contextos culturales da una capacitación sin igual.
Las siguientes podrían ser las principales premisas del nuevo comunicador:
1. El nuevo comunicador debe comprender que la tecnología es una herramienta y nada más que una herramienta. La tecnología puede apoyar el proceso de comunicación, pero este no puede depender totalmente de ella. También, es importante comprender que la tecnología no sólo implica computadores, satélites e Internet. Un lápiz es un maravilloso producto de la tecnología y técnicas de comunicación que han demostrado su eficacia van desde el teatro popular hasta los murales comunitarios.
2. El nuevo comunicador debe entender profundamente que la comunicación para el cambio social trabaja esencialmente con culturas y que se necesita una sensibilidad muy especial para apoyar el proceso de cambio social en el mundo en desarrollo, que no tiene nada más a que aferrarse que a su identidad cultural. Desarrollo y cambio social deben ser posibles dentro de un proceso de intercambios culturales horizontales y respetuosos.
3. El nuevo comunicador debe estar familiarizado con el siguiente concepto: en comunicación para el cambio social el proceso es más importante que el producto. En periodismo, los artículos, los documentales de video o los programas de radio son resultados valiosos para un profesional experimentado. Pero en cambio social y desarrollo, el proceso de comunicación con la gente y dentro de las comunidades es más importante que las ayudas impresas o audio-visuales que puedan surgir de esa dinámica. Es en el proceso de comunicación y participación que se inicia el cambio social.

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