5/07/2006

LANZAMIENTO DE UN LIBRO DESDE LA ORALIDAD

Nuestros pasos despreocupados se tiñen a veces de cierta nostalgia que seguro trajo el viento al ondularse sobre los techos de nuestras casas antiguas. Hundervasser creyó en uno de sus tantos viajes, haber visto llorar los muros de las casas de un pueblito cargado de muros rústicos, techos cocidos por una historia que perduraba, en ese entonces, por la gracia de sus habitantes. Así mismo estas casas nuestras que acompañamos cotidianamente se llenan de vitalidad y perduran por los momentos maravillosos de contemplación - que a veces nos permitimos – o por trabajos comprometidos con su conservación.

Desde la tierra se levantaron las viviendas que acunaron a muchos de nosotros, la tierra como herramienta, la tierra como sustento, la tierra como secretos ojos vetustos al paso de sus vecinos.

La vivienda construida de tierra es como la montaña que va poco a poco aplazándose hasta ser sombra que pude contar historias en secreto; nosotros hemos visto transformar la ciudad por tránsito de la modernidad, sin embargo reside en la palabra, en la oralidad, un atisbo de evocación a esa ciudad toda hecha por los colores de los primeros barrios.Pasto: arquitectura – procesos constructivos en tierra, es una investigación que financió el Fondo Mixto de Cultura de Nariño y que supo dar horizonte el maestro Pantoja, y por supuesto conquistarlo.
En toda conversación, cuando se entra en el calor de la casa conocida, tiene los giros necesarios en su laberinto. Esto implica que a veces caigamos en palabras tocadas por otros.
Bachelard, supo hacer de la casa su palabra, del espacio su palabra, y nosotros caemos en esa conversación con él cuando provocamos la cualidad vital a una construcción que carga, a su vez, el peso de su propia historia. Sin embargo nada haríamos si dejamos a la oralidad cumplir un papel instrumental, o romántico, vale mas esfuerzos por conservar la memoria y provocar su permanencia – no solo sutil y del pensamiento, si no también duradera y física.
Lo grato de la escritura es hacer de la palabra, respiración vital, de tal modo que aquello que se escribe es lo que se es. No hay duda con que Eduardo Campo Pantoja es este libro, que él es también arquitectura.
De este modo volvemos a las calles donde esperan como siempre las casas infinitas. Entreguemos el libro, que es causa del azar – decía Borges – encontrar su lector.

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