15/02/2008

Aldana: Comunicación en Cabildo


La Comunidad Indígena de los Pastos ha sido, entre las comunidades indígenas de Colombia una de las más golpeadas por la interculturalidad. El referente de la identidad indígena de esta comunidad lo rescataron aproximadamente hace no más de siete años y en donde las comunidades que habitaban las montañas de Aldana los ahora indígenas eran campesinos que dejaban las pocas costumbres ancestrales en el jornal diario.

De las característica evidentes en el municipio de Aldana hay una que me llama la atención: los indígenas y los campesinos, son principalmente los mismos; y sin embargo no lo son, quiero decir que uno no distingue al campesino del indígena porque sus rasgos fuertes, acrecentados por un sol frío que los acompaña en la siembra, de un frío – para nada cálido – que es padre y madre de las bocanadas exhaladas paso a paso en el paramo, que es madre y padre del fogón y su rutina familiar, que es hermano de los juego de chaza, o de las misas tempranas donde bajo al ruana se calienta un cuerpo que ira a cumplirle a la tierra su cuota de sudor, o al café azucarado, la charita, el maíz, las arepas de callana, son los mismos, sin embargo hay en el indígena un interés por el eco de otros que alguna vez adoraron las montañas y desgranaban oro.

Esta característica que puede sonar cómica es también fundamental en la dinámica comunitaria del municipio, principalmente porque hay una división política entre el cabildo y el municipio, segundo, porque esa división política genera dos administraciones: el gobernador del cabildo y el alcalde, y tercero por que dentro de los imaginarios locales algunos habitantes deben asumir dos posiciones distintas frente a lo público de acuerdo a las orientaciones de los dos administradores. Ejemplo claro: el plan de vida de la comunidad indígena enfrentado, con encuentros gratos, al plan de desarrollo municipal, donde la pacha mama no entraría en el segundo al no ser un término aceptado jurídicamente desde su cosmovisión. Es solo un ejemplo.

Para el proyecto de Radios Ciudadanas el fortalecimiento de la democracia parte de las dinámicas sociales que sean movilizadas o apoyadas desde la franja, no solo la producción mediática de sentidos, si no la construcción de los mismos.

Cuando las elecciones se acercaron el colectivo había planteado la cobertura de la franja desde la información sobre el voto como mecanismo de participación – interesante pero aún mediático – pero poco a poco los candidatos empezaron a llamar para poder utilizar la franja para debatir sobre los planes de gobierno, los candidatos al concejo para debatir sobre las estrategias y propuestas y poco a poco, de nuevo, la franja empezó a ser programada con un nuevo sentido.

Así como cuando los cabildos veredales lograron el acercamiento a las dos partes administrativas, y permitir ampliar la mirada sobre lo que es Aldana y sus indígenas o campesinos, de la misma manera se convierte la franja en una posibilidad de ser el escenario de las propuestas y los consensos sobre las administraciones públicas en donde por obligación, las diferencias quedan olvidadas y campesino e indígena tiene la misma responsabilidad, con su tierra o con la pacha mama.

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