Todo y nada de realidad: crónica de un Pasto sitiado por las calamidades

Los días lentos se apilan, evocando un viejo antaño.

El general había desistido poco antes de la aurora; sin embargo ninguno de nosotros se sentía derrotado. Las fronteras fueron imposibles. Cuando el general dejó de combatir, entendimos que estábamos rodeados, que debíamos quedarnos en la trinchera, viviendo una vida normal con las pocas rutinas que logramos construir en el tiempo de la guerra.

Capitulaban los niños con sus rifles caseros, al tanto que los “otros” sellaban la victoria en un grito guerrero venido desde los escombros. Ahora la basura son sus juegos atardecidos y se levantan. ¡Hasta mañana!

(Bloqueo de la Panamericana, Ecuador se une al paro de transporte Aproximadamente 200 camioneros decidieron unirse al paro indefinido.

Una grave situación se registra en la Panamericana norte, en el sector comprendido entre San Gabriel y Julio Andrade, a causa del paro binacional de transportadores que ha paralizado la comercialización de productos entre los dos países. Los motivos que llevaron a los transportistas a pararse es que no pueden pasar los productos a Colombia porque las autoridades de ese país no les dan facilidades para tramitar los permisos fitosanitarios. Los transportadores de carga pesada del Ecuador se unieron a la protesta que adelantan sus similares de Ipiales por los problemas para la comercialización de frutas.)1

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Hemos dormido poco, los sueños son reiteraciones de lo que se sueña en vela, y casi no se sabe que es el otro mundo. Empezamos a creer en milagros. El General ha dispuesto la retirada para el atardecer y nosotros cedemos al peligro. Nuestras casas son menos fieles y aún ahora una mujer espera en la puerta llamándome desde lejos. Extraño su voz. Sabemos que no podremos huir – curiosa manera de sentirse victorioso aún dentro de la derrota – las carreteras están selladas y ha caído la montaña por todos los lados – hermana y cómplice al parecer te hartaste de nosotros.

Aún después de sus madres, los papelitos flotaban para un cielo que amenaza lluvia. Se sabe que es hora de volver a la casa, a la tele y una comida caliente, y no importa, es mejor la lucha eterna de estos dos bandos que luego se desvanecerán por la juventud y las calles serán de nuevo las calles de otros que los ven jugar a lo lejos y sin sorpresa.

(Este derrumbe, en el kilómetro 17 de la vía Pasto-Chachagüí (Panamericana), mantiene bloqueado desde ayer al departamento de Nariño con el occidente del país. Cientos de viajeros se han visto forzados a realizar trasbordos y a cruzar las trochas. La ola invernal también afecta la carretera al mar por un deslizamiento en el sector de El Guabo, municipio de Mallama.)2
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Dice el General que todo va a solucionarse, nosotros seguimos confiando, ya dije antes que creemos en lo que no podemos controlar. Dios, seguro. Hemos hecho una pequeña tregua, mientras algunos de los del pelotón intentan contener la montaña para que no se venga abajo. Al parecer, si la montaña nos deja la vía libre, podremos emboscar y ganar la batalla. Mientras tanto cedemos a otros juegos, sin bodoqueras, con pocos gritos y asegurándonos de no tener que salir para no correr riesgos.

1 y 2 tomados del Diario del sur