3/04/2007

MI RELATO O... EL NUESTRO, A CUAL LE CAMINAMOS?

El colectivo de Taminango está conformado en su mayoría por niños y jóvenes de la institución educativa Pablo VI, y confieso que ha sido un reto hacer comprender el sentido de la Red en este municipio, es quizá el reto en cada uno de los municipios que hacen parte del trabajo del fondo, ya por Radios Ciudadanas o por la Red de Comunicación Ciudadana de las Organizaciones Sociales. en Taminango hay que lograr que el sentido de la red no se escabulla entre las distracciones juveniles o deambule como un espacio mas de los mundos luminosos que a veces suelo visitar en mi costumbre por soñar y permitirme la niñez.

Mi querido maestro Gilberto Carvajal me mostró varias veces la importancia del "darse cuenta", este es un estado de conciencia de la vida y la relación entre los sentimientos, la razón, y lo externo, todo en un estado simbiótico que a la medida del tiempo, es ajeno a nosotros; de ahí que llegar a ese estado se denomina Darse cuenta, una vez ahí estamos listos para movernos - ni avances ni retrocesos, solo movimiento.

Ayer, como cosa maravillosa entre las tantas cosas maravillosas que le debo a mi espíritu en estado de creación, me encontré con mi primo, se refirió a un muchacho que "si tenía historias que contar", asumiendo de paso que su vida no es tan interesante para contarse, que su rutina es tan poco accidentada que no hay relato posible. yo no dejé de asombrarme por esa tabula raza que se había convertido mi primo al asumirse sin palabra mientras otros no podemos dejar de usarla y buscarla para cumplir con la obligación del arte - o la comunicación que al fin de cuentas ya es lo mismo -. Lo grato es que luego de el reencuentro, la discusión y el debate, dijo: pues todo el tiempo he querido escribir un libro con algunas cosas que me han sucedido.

Si el hombre es cosa vana, variable y ondeante, el reto de la comprensión de la comunicación como herramienta comunitaria, es el de siempre cuando se busca que las comunidades puedan darse cuenta de que sus relatos son importantes y existen varias historias que si bien han pasado cotidianas e indiferentes hacen parte de aquello que nos describe y forma.

Ha rondado también la idea de la simbiosis en la literatura y el arte, como dos o mas estados (llámelos sentimientos, razones, sensaciones) sobreviven en el mismo espacio, en un mismo acto creador, o en el caso de mi amada Alejandra Pizarnik, en una misma voz que es todas sus voces. Si esta idea de simbiosis puede explicar que el hombre puede recrear sus propias historias a partir de su convivencia con los otros narradores, que son sus vecinos, amigos y contradictores, y de como se respeta cada una de las opiniones que de alguna forma son también parte de la tinta - si se me permite - de nuestra palabra.

El colectivo de Taminango está conformado también por líderes comunitarios y representantes de organizaciones sociales; Doña Soledad, se acercó a mi este sábado: ¿en qué le sirve a mi comunidad esto de la red?, alcancé a preguntarle que si su comunidad tenía algo que contar sobre como vivían, cómo estaban organizándose, que dificultades se presentaban en este momento que merezcan circular por todo el municipio y los trece nudos de la red. Ella me comentó del lío "gravísimo" del agua potable, “los municipios aledaños a mi vereda están contaminando el agua”. Luego de esta conversación sobrevino un silencio ya conocido, acostumbrado, que resolvió dejarse llenar por mi respuesta certera a la hora del almuerzo: contemos eso en la Red, hagamos una matriz de contexto; la hicimos. Doña Soledad quedó con el compromiso de hacer de su relato – el de cu comunidad quiero decir – el próximo programa de radio del colectivo.

Es curioso como cuando uno supone que la comunidad es un sistema donde sus sistemas se unen y saben unos de otros se encuentra que algo ganó la batalla y se ven cada vez mas dispersos y ausentes incluso de su propia vida. No creo que este sea el caso en el que vale decir que la vida defrauda de tal manera que es mejor inventar una nueva para hacerla mas resistible, este es el caso en el que uno debe decir que este movimiento que es la vida necesita verse y reflexionarse primero, para luego saber que inventar o reinventar, o resignificar. Nada mas que darse cuenta, hacerse conciente, de que sin duda todo se mueve y nosotros con el.

Si todo resulta como espero – y que sirva de conjuro – Doña Soledad tendrá un grupo de jóvenes investigando el tema del agua en su vereda, mi primo reconocerá sus historias y hablaremos algún día de su libro de memorias – lástima que las autobiografías descaradas no son de mi agrado – y Gilberto Carvajal, a quien debo un poco de mi reflejo en ese espejo que temo mirar y sin embargo enfrento de vez en cuando, estará acaso cautivando a otro estudiante cargado también de voces, y serán amigos y se sonreirán agradecidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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